viernes, 29 de enero de 2010

Las presiones que enfrenta Piñera

El Presidente electo -que formalizó su renuncia a RN- recibió un llamado del relator especial de la ONU sobre derechos de los pueblos indígenas a mantener un diálogo fluido sobre el asunto. Diez días desde que fue elegido -con el 51,6% de los votos- cumplió ayer el empresario, Sebastián Piñera.

Y ha enfrentado una decena de jornadas marcadas, en términos generales, por la negativa de la mayoría de la Concertación a aceptar su propuesta de retomar la “democracia de los acuerdos” que primó en los ’90; por la polémica del alza de sus acciones en Lan y las intensas presiones que, a dos meses del cambio de mando, ya comenzó a recibir desde distintas esferas: la internacional, la sociedad civil y sus propias filas.

En ese sentido y en lo que se puede interpretar como un adelanto del escenario que deberá enfrentar como sucesor de Michelle Bachelet -la Jefa de Estado que ha alcanzado récord de aprobación ciudadana-, diversos actores han rayado la cancha al ex senador de Renovación Nacional (RN) en las últimas 48 horas.

Valiéndose de su posición como eventual aliado de Piñera en el continente -considerando sus similitudes políticas-, uno de los primeros en marcar el panorama regional del futuro gobierno fue el Presidente de Perú, Alan García.

El Mandatario del vecino país, que lideró la demanda marítima de Lima ante La Haya y a quien Piñera invitó personalmente al cambio de mando, comunicó -a través de su jefe de gabinete, Javier Velásquez-, las expectativas que surgen en Lima tras su arribo a La Moneda.

En Perú han expresado que esperan tener una relación más fluida con Chile e incluso, han deslizado la posibilidad de sensibilizar a la futura administración sobre la posibilidad de reducir la compra de material bélico.

El tema es de suma relevancia considerando que la relación Bachelet-García estuvo marcada, entre otros aspectos, por las acusaciones de “armamentismo” que la vecina nación lanzó en contra de Chile y aunque Piñera ha hablado de “descongelar” los vínculos con Perú, es un hecho que 2010 estará marcado por la presentación del texto con que Santiago enfrenta la pretensión marítima limeña en la Corte Internacional de La Haya.

Asimismo, ya se instaló en la agenda del electo Mandatario el conflicto mapuche. Ayer el relator especial de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, James Anaya, reveló -desde Estados Unidos- la preocupación de las comunidades respecto de cómo el gobierno de derecha abordará su situación.

Definiendo la relación que esperan tener con Piñera, Anaya estableció como piso mínimo para la próxima administración “continuar con un diálogo fluido” y solicitó al futuro Mandatario no olvidar que la política de Chile es de Estado y no de gobierno.

“Espero que, a pesar de que el nuevo gobierno sea de otra coalición, siga en primer lugar este diálogo que hemos tenido y con la misma actitud de avanzar”, dijo Anaya.

La configuración del gabinete -que será anunciado en los primeros días de febrero- es otra de las presiones que ha debido enfrentar el empresario, aunque desde su propio conglomerado.

El Mandatario electo se enfrenta a la disyuntiva de designar o no al senador UDI Pablo Longueira como ministro. De hacerlo, Piñera no solamente estará replicando una práctica que cuestionó al oficialismo -el traspaso de figuras del Parlamento al Ejecutivo- sino que tendrá que compensar a RN con la inclusión del senador Andrés Allamand en Cancillería.

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