jueves, 23 de septiembre de 2010

La Radio y los cambios en que se encuentra


Antes de ayer se celebró el Día de la Radio, que con el paso del tiempo se ha enfriado demasiado, porque los cambios impuestos por el modelo terminaron, en la práctica, con ese único día de descanso que se había conseguido en la década del cuarenta, en el gobierno del ex Presidente Juan Antonio Ríos.

Este medio de comunicación tan inmediato, que siempre será el de mayor compañía para toda la comunidad, pues se pueden hacer muchas cosas mientras se escucha su programación, e inclusive, cuando se irradian los servicios informativos, experimentó un notable progreso en quienes desempeñaron las más importantes funciones, mediante exigencias que hoy no se consideran.

En reconocimiento a quienes laboran en las emisoras, lamentamos que haya desaparecido el día de descanso de los trabajadores de las emisoras, que permitía que en cada empresa se elaborara un programa de convivencia y camaradería, tan positivas para la buena relación laboral, porque las condiciones frías del modelo vigente, hizo primar la competencia de las emisoras, sobre el humano derecho a un día de merecido silencio en cada estación.

En los primeros años de vigencia del Día de la Radio, mejor entendido como el día del trabajador radial, la Oficina de Informaciones del Estado, que tuvo muchos nombres antes de la creación del Ministerio Secretaría General de Gobierno, operaba con el transmisor de una emisora por cada cabeza de provincia, en la antigua división administrativa de la nación, con programas e informaciones que elaboraban los profesionales de esa repartición.

Con el correr del tiempo, se pensó no en la cadena del Estado, sino de la ARCHI, por lo cual, este organismo gremial sorteaba el turno de una emisora nacional y lo mismo podía ocurrir en las ciudades en que operaban muchas estaciones de radio, o por lo menos, tres emisoras.

Es posible que este cambio, fue como el anticipo de la desaparición de este consagrado descanso para los periodistas, locutores, radio-controladores, personal administrativo de cada radio.

Es importante dejar constancia que hubo un positivo celo de la organización gremial de los propietarios de las emisoras para que se respetara el resultado del turno y se sancionaba a quien no lo respetara.

Pero, pudo más la competencia que el día del trabajador radial, para que hoy no paren sus transmisiones las diferentes radios.

La evolución que nace de un cambio de modelo bastante violento en su contenido y resultados, terminó con otras positivas conquistas de los gremios.

Por ejemplo, nadie podía ocupar micrófono en una emisora, si no obtenía el carné profesional que lo entregaba una comisión tripartita, integrada por un representante del Sindicato de Locutores de Chile, que llegó a tener una escuela para esta verdadera especialidad; un representante de la ARCHI y un representante del Ministerio del Trabajo, que exigía desde el don natural de la voz, cultura general, pronunciación de palabras extranjeras y las lecturas de boletines informativos, de avisos radiales, de programas periodísticos, que contribuía a los auditores a tener un medio mucho más perfecto de lo que hoy conocemos.

Los controles, igualmente tenían su carné profesional, en dos categorías, fiscalizados por el SEC, que habilitaba el trabajo en estudios y en planta transmisora.

Ante la nueva realidad, nos hallamos con programaciones menos exigentes, existiendo algunas emisoras de alcance nacional que promueven un lenguaje soez y sobre el tema grosero, sobre el aporte cultural que en el pasado jamás se dejó de lado.

Hoy, creemos que los trabajadores de las radios pueden retomar el interés por una mayor perfección y también, en recuperar lo que antes fue el Día de la Radio, con un auténtico descanso, como lo mantienen los diarios para el primero de mayo, que es la única fecha en que en el nivel nacional, no aparece ningún periódico en circulación.

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